Serie de seminarios web del IPNI: Producción agrícola y uso de fertilizantes
Reimpresiones y permisosAcerca de este artículoCite este artículoRodrigo-Comino, J., Senciales-González, J.M., Yu, Y. et al. Cambios a largo plazo en la producción de aceituna de secano, la pluviometría y los ingresos de los agricultores en Bailén (Jaén, España).
Euro-Mediterr J Environ Integr 6, 58 (2021). https://doi.org/10.1007/s41207-021-00268-1Download citationShare this articleAnyone you share the following link with will be able to read this content:Get shareable linkSorry, a shareable link is not currently available for this article.Copy to clipboard
VIVIENDO EN EL MAJUELO
Hoy en día, en los olivares manejados en condiciones intensivas se aplica un suministro de agua suficiente y una fertilización adecuada para satisfacer la demanda de agua del huerto y el nivel de nutrientes del árbol.
La cantidad de fertilizante aplicada fue de 3 kg ha-1 semana-1 para el periodo de brotación a cuajado, 3,6 kg ha-1 semana-1 para el cuajado a endurecimiento del hueso y finalmente 2,9 kg ha-1 semana-1 para el cuajado a endurecimiento del hueso.
Se llevó a cabo un experimento en el campo experimental “Taoues”, en el sur de Túnez, para investigar la influencia del riego utilizado solo o combinado con la fertirrigación en tres cultivares de aceite de oliva (“Chétoui”, “Chemlali” y “Koroneiki”) durante cuatro temporadas consecutivas.
Se aplicaron tres tratamientos: árboles en condiciones de secano (RF), árboles regados con un 50% de evapotranspiración del cultivo (ETc) (I) y, por último, árboles que recibieron un 50% de ETc y un aporte de fertilización (IF). Se determinó el volumen de la copa del árbol, el rendimiento y la composición del aceite.
Los resultados mostraron que los olivos que recibieron riego aplicado solo o combinado con fertirrigación desarrollaron copas más grandes después de cuatro años de tratamiento. La variedad ‘Chétoui’ mostró el menor rendimiento bianual, que no superó los 1530 kg ha-1. El peso del fruto se vio más afectado por la fertirrigación que por el riego aplicado solo.
Utilizar barriles de lluvia para regar el jardín
Los olivos requieren poco N, por lo que una gran parte de la demanda total puede ser satisfecha por el nitrato del suelo y del agua de riego [N21]. Los análisis foliares son más precisos que los análisis de suelo para orientar las decisiones de fertilización en los olivos, ya que un análisis foliar mide e integra más eficazmente el nitrógeno que los árboles son capaces de recoger del suelo. Sin embargo, los análisis de nitratos en el suelo pueden ser útiles para afinar el programa de fertilización en combinación con los análisis de tejidos.
Las muestras de nitrato del suelo deben tomarse en primavera, momento en el que el N disponible en el suelo tiende a ser alto y los árboles están empezando a absorber rápidamente el N [N21,N32]. Las muestras deben tomarse en la zona principal de enraizamiento, y dentro de la zona húmeda del sistema de riego. En los olivos de regadío, la mayor actividad radicular se produce generalmente en los 18 centímetros superiores del suelo [N4,N12,N35]. Para más información sobre el muestreo del suelo, véase Muestreo del suelo en los huertos.
El nitrato-N del suelo presente en primavera antes de la salida de las hojas contribuye a la nutrición de N del árbol. Una ppm de NO3-N por pie de suelo corresponde aproximadamente a 3.5-4 libras de N/acre. Por ejemplo, una concentración de NO3-N de 5 ppm en el pie superior del perfil corresponde a unas 17,5-20 libras de N/acre.
Gestión del suelo en los olivares
La correcta fertilización del olivo es un tema que preocupa a muchos de nuestros lectores y clientes, por lo que en este post vamos a explicar cómo aportar los nutrientes más deficientes al olivo.
Para saber cuándo aplicar el abono a los olivos, hay que tener en cuenta que crecen prácticamente durante todo el año, florecen en primavera y dan fruto justo después. Por ello, es interesante abonarlos al final del invierno y no parar hasta el otoño.
La capacidad productiva de la plantación es un factor decisivo a la hora de encontrar una respuesta al abonado. En olivares con baja productividad, las necesidades nutricionales pueden estar cubiertas, totalmente o en un alto porcentaje de las mismas, por la mineralización de la materia orgánica del suelo, por los aportes de nutrientes contenidos en el agua de lluvia y/o riego y por la riqueza en elementos nutritivos presentes en el complejo de cambio del suelo.
Sin embargo, en olivares de alta capacidad productiva, normalmente asociados a plantaciones de regadío, las necesidades nutricionales pueden superar significativamente la capacidad de suministro del árbol por estas vías, y por tanto comprometer en breve plazo la sostenibilidad de estos niveles productivos.