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En primer lugar, hay que tener en cuenta el estado del suelo de su campo a través de pruebas semestrales o anuales del suelo y de los tejidos antes de utilizar cualquier método de aplicación de fertilizantes. La fertilización de las uvas puede aumentar el rendimiento anual, aumentar la calidad de la uva y del vino y mejorar las propiedades biológicas y químicas del suelo. Veamos cuál es el mejor abono para la Vid.
Como cultivo perenne de raíces profundas, las uvas eliminan una cantidad significativa de nutrientes del suelo y dependen de una gestión adecuada de nutrientes para lo que se pierde. Los factores que influyen en la eliminación de nutrientes son el tipo de portainjerto, el tipo y el origen, el rendimiento, la edad de plantación, el clima, el tipo de suelo, las propiedades bioquímicas y las interacciones. Una nutrición adecuada es la clave para la máxima producción de uva. Las vides generalmente necesitan más nutrientes a medida que maduran.
Los métodos de fertilización en el viñedo tienen como objetivo mejorar el suministro de nutrientes del suelo disponibles al nivel requerido para el crecimiento y la producción. Sin embargo, un exceso de nutrientes en el suelo hace que las uvas crezcan más rápido, mientras que la producción y la calidad del fruto disminuyen. Se debe aplicar una variedad de nutrientes a las uvas durante la temporada de crecimiento. Si un análisis del suelo muestra que el suelo está bien drenado, es posible que se equivoque un poco a la hora de fertilizar.
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Las vides utilizan los nutrientes y el agua del suelo y la luz solar para convertir el dióxido de carbono en hojas, frutos, cañas, troncos y raíces. Producir un rendimiento óptimo de fruta de calidad es una tarea específica del lugar, que requiere una gestión de la cubierta y del cultivo basada en la comprensión de cómo crecen las vides y en un firme conocimiento de los numerosos términos utilizados para describir el crecimiento de la vid y su relación con el cultivo. Tamaño de la vid, capacidad de la vid, nivel de cultivo, vigor de la vid y equilibrio de la vid son conceptos relacionados que describen la productividad de la vid. Se utilizan comúnmente, pero no siempre de forma coherente.
El tamaño de la vid incluye las hojas, los sarmientos (podas), los troncos y las raíces, pero a menudo se expresa como peso de la poda de invierno, ya que el peso de la poda suele estar bien correlacionado con los demás componentes del tamaño de la vid. Obsérvese que el peso de la poda NO es una medida útil del tamaño de la vid para las vides mínimamente podadas (es decir, podadas mecánicamente con un cortasetos), ya que la relación entre el peso de la poda y el peso total es muy diferente y se poda muy poco.
Calibración de la abonadora
El abono profundo a 30-80 toneladas/Ha aportará minerales poco móviles en el suelo (P2O5, K2O, MgO) y corregirá la alta acidez que puede inducir la toxicidad del Al o del Cu. En los campos que sólo tienen un pH bajo (por debajo de 6) el encalado a 2.000-10.000 Kg/Ha lo elevará al nivel deseable.
El fósforo y el potasio son elementos clave en el desarrollo de las vides jóvenes. Unas cantidades inferiores a las óptimas de estos nutrientes en el suelo pueden provocar un retraso en el inicio de la fase de producción. El nitrógeno debe aplicarse en esta fase en pequeñas cantidades, ya que puede perderse por lixiviación.
Las dosis medias de nutrientes recomendadas (Kg/Ha) para las parcelas no productoras, asegurarán que la producción se alcance lo antes posible. Las siguientes cantidades se basan en una densidad de plantas de 5.000 plantas/Ha.
Las cifras mencionadas en las tablas anteriores pueden servir de guía aproximada para el desarrollo de un régimen de fertilización. No obstante, debe prestarse atención a factores específicos como el tipo de suelo, la edad de la vid, el rendimiento de la producción, el cultivar, el uso de la fruta (vino fino, vino corriente o uva de mesa) y la disponibilidad de un sistema de fertirrigación.
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La fertilización potásica puede modificar las formas de K disponibles en el suelo, así como influir en la absorción de éste por parte de la planta y en el rendimiento, pero, sobre todo, puede afectar a la composición de la uva. El objetivo del presente estudio fue investigar el impacto de la fertilización con potasio (K) sobre la producción de uva y la composición del zumo (mosto) de un cultivar de Cabernet Sauvignon. Las vides fueron tratadas con 0, 50, 100, 150 y 200 kg ha-1 año-1 de K2O. Se evaluaron los contenidos de K en las hojas, el rendimiento de uva por planta y por área, los sólidos solubles totales (SST), el pH del mosto y la acidez titulable, y el K disponible en el suelo. Se analizaron muestras de suelo recogidas en la capa de 20 cm para medir la disponibilidad de K y el K no intercambiable en ellas, basándose en estudios realizados durante 3 temporadas de cultivo. Los resultados mostraron que la aplicación de K no tuvo efecto sobre la producción de uva y la composición del mosto, aunque aumentó el contenido de K en el limbo y el pecíolo. Sin embargo, el fraccionamiento anual de K en el suelo ha sugerido que 100 kg ha-1 año-1 de K2O es la dosis de K capaz de mantener la disponibilidad de K para las plantas en los contenidos más adecuados a lo largo de las temporadas de crecimiento.